Nuestra existencia es un misterio, la vida es un espacio temporal incomprensible al cual nos sometemos completamente, sin capacidad de entender ni luchar, Solamente podemos dejarnos llevar por los acontecimientos que se nos presentan y aceptar por los que pasamos. Esto nos hace entender que nuestro lugar en este mundo, nuestra circunstancia de vida se encuentra fuera de nuestra elección, no decidimos nacer, solo decidimos vivir. Y aun así la muerte se escapa de nuestras manos, otro momento en nuestra vida que nos sobrepasa, por el cual no tenemos poder, y en el cual se encuentra otro gran misterio. Nacer y morir, esa es la única verdad, el conector con nuestra vida es momentáneo, es un símbolo de esto, pero es frágil y el ser humano está empecinado en venerarlo, aun así, sabiendo que no tiene sentido. Somos una posibilidad y una realidad al mismo tiempo, somos todo y nada, al final solo somos un momento en el tiempo, algo pasajero.